Hace unos días, la hinchada peruana vivía la ansiedad y emoción indescriptible de esperar el debut de Perú ante Dinamarca en el mundial de Rusia 2018. Su vuelta a una copa del mundo tras 36 largos años. Treinta y seis largos años, así, en letras, para recalcar el largo camino que tuvimos que padecer para poder volver a la cita mundialista.
El debate popular se dividía en dos escenarios, cómo la hinchada se prepara para Rusia 2018 y cómo se preparan los jugadores para tal evento. Así pues, se hablaba sobre los banderazos, cánticos, banderolas, gorros, polos y demás actividades que los hinchas están realizando en torno a la fiebre del mundial. Y, de otro lado, se comentaba cada foto o vídeo que algún seleccionado compartía en sus redes sociales mostrando su ansiedad, emoción o preparación de cara a la copa del mundo.
De pronto, no se exactamente cuando, el debate giró hacia la presencia o no de un jugador en la lista previa de Ricardo Gareca. Claudio Pizarro, es pues, el protagonista de la polémica. Memes, fotos, vídeos, rumores e, inclusive, noticias falsas sobre su inclusión en la lista mundialista vienen circulando en todas las redes sociales.
El debate no acepta términos medios, eres de un bando o del otro. De los que se muestran a favor, o de los que están en contra de su inclusión en la lista. Los comentarios vienen de ambos frentes y los hay de todo tipo, sesudos, apasionados o mesurados, aquellos que apelan a cifras y estadísticas y hasta los que justifican su postura con simples insultos.
Y es en este momento de la jornada donde me pregunto, las expectativas de Perú en el mundial de Rusia ¿las podemos resumir a la sola presencia o no de Claudio Pizarro?
Luego de 36 años de espera para volver a un mundial, ¿es justo que los hinchas deban enfrascarse en ese debate? Tras un arduo trabajo para encontrar un funcionamiento como equipo, donde inclusive convocó a jugadores que al inicio eran rechazados por la mayoría, ¿es justo exigirle a Ricardo Gareca que explique a quien convoca o deja de convocar? Habiendo enfrentado una eliminatoria muy dura —la más intensa en los últimos años—, donde muchos jugadores mejoraron y mostraron un nivel superlativo con la camiseta blanquirroja ¿es justo preguntarle a los futbolistas convocados sobre la ausencia o presencia de un jugador en particular?
Pues mi respuesta es no ¡No! Porque habiendo superado tanto en el camino, no es justo que, faltando tan poco para poder ver a Perú disputar un partido en un mundial, solo se hable sobre si Pizarro deba ir o no ir. No podemos reducir todo el análisis premundialista a ello. Analicemos los rivales y sus principales jugadores y tácticas, hablemos de las tácticas que puede usar Gareca en el mundial, del plan de preparación que vienen realizando, de cuán útil pueden ser los rivales en los amistosos. Hay muchos otros temas sobre los cuales debatir.
Claudio Pizarro es hoy un jugador cerca de los 40 años, ha jugado poco y ha tenido algunas lesiones esta temporada. Su rendimiento actual no es el de sus mejores años y, si lo comparamos con los delanteros de las últimas convocatorias de Gareca, suma menos goles y minutos disputados. Esos factores, a cualquier jugador de selección, le restan oportunidades de ser elegido, sean del país que sean.
Sin embargo, la cantidad de minutos, goles y lesiones que yo pueda mencionar de Pizarro con sus clubes o con la selección no son novedad para Gareca, es más, el cuenta con mayores estadísticas, datos e información de él y cada jugador que está dentro de su radar de convocables. En ese sentido, el ‘Tigre’ tiene ventaja para decidir a quién convocar por sobre cualquier periodista, hincha o analista. Y sí, llegado a este punto, amigo lector, no te queda claro a favor de quién estoy, pues te diré que estoy a favor de Ricardo Gareca.
Gareca ha demostrado en cada una de sus convocatorias que ha acertado. Pese a que para la hinchada siempre hay uno o dos jugadores que hacen falta, los llamados por el ‘Tigre’ han rendido en torno al objetivo trazado. Estamos en el mundial gracias a eso ¿por qué dudamos ahora de esa capacidad? ¿a dónde se esfumó esa confianza? ¡Pensá!
