Una jornada histórica en la historia de los mundiales y con resultados inesperados es la que hemos vivido hoy en el mundial de Rusia 2018.
Cuando se realizó el sorteo del mundial y se conoció que Alemania —vigente campeón—, México, Suecia y Corea del Sur estarían en el grupo F, se dijo que este sería el grupo de la muerte. Donde se verían verdaderas batallas. Y nadie se equivoco. Lo único que no imaginaban era que una de las ‘víctimas’ de dicho grupo sería Alemania, la campeona defensora del título.
La jornada se abría con los duelos de México contra Suecia y Alemania contra Corea del Sur en paralelo. Los aztecas llegaban casi clasificados, necesitaban al menos un empate, al frente tenían a Suecia que necesitaba los 3 puntos y que en el otro partido queden, al menos, empatados o suceda algo poco probable, Alemania pierda.
Y ocurrió todo eso, porque así es el fútbol. Nos regala estas jornadas de locura. Suecia logró vencer a México con una goleada 3-0 que hizo que al final los mexicanos terminen en lágrimas esperando un milagro en el otro encuentro.
En el otro partido, corría el minuto 93 y se mantenía el empate sin goles. Alemania, volcado al ataque, no conseguía vulnerar la portería de Corea del Sur. Y fue entonces que empezó lo impensado. Kim Youg-Won abrió el marcador para el cuadro asiático. Pero no quedaría ahí, en el minuto 96, Neuer estaba en campo surcoreano buscando revertir el marcador, pero termina perdiendo un balón, que un jugador surcoreano envía de inmediato a Son Heung-Min, que se encontraba al otro lado del campo; el volante del Tottenham corrió solo, a comodidad, y definió sin nadie en la portería, 2-0 final.
Resultado histórico. Corea del Sur se despidió de Rusia 2018 con la satisfacción personal de llevarse con ellos al vigente campeón, Alemania, que nunca había quedado eliminado en fase de grupos.