Un partido con un sabor muy especial se jugará en Porto Alegre, donde peruanos y chilenos buscarán el pase al gran final.
Llegó el momento de la verdad, ese que quedará en la historia marcado por siempre en ambas selecciones, porque para bien o para mal un Clásico del Pacífico es semifinales de una Copa América no es algo que se pueda pasar por alto.
Perú llega con la alegría inmensa de una clasificación inesperada ante Uruguay, pero también con muchas dudas sobre su juego. No pateó al arco ante los charrúas, y más allá del trabajo defensivo, el VAR resultó siendo un gran aliado.
El equipo defensivamente hablando dejó dudas en todos los partidos (el único que las aprovechó fue Brasil) y salvo la solvencia de Zambrano, no hubo mucho por destacar. Además, Cueva, Yotún y Tapia en la volante no han colaborado mucho que digamos, perdiendo balones constantemente.
Chile tuvo una ofensiva muy fuerte en los dos primeros partidos, con seis goles anotados, pero luego no pudo volver a poner el balón en las redes rivales. Sin embargo ha mostrado mucha más solidez en sus líneas y ser un equipo más compacto.
Aunque se repiten muchos nombres de la generación dorada este equipo no tiene como principal argumento la dinámica de Bielsa o Sampaoli. Con Rueda hay menos velocidad, más fútbol, pero con el mismo temple y garra, ese que lo hizo pasar por encima (en el trámite) a la favorita Colombia en cuartos de final.
Sabor a revancha
Salvo el amistoso jugado en EE. UU., los partidos contra Chile han traído malos resultados en los últimos años para nuestra selección, incluyendo las dos victorias chilenas en las pasadas eliminatorias, pero la derrota más dolorosa fue justamente en semifinales de la Copa América 2015.
Un juego que es recordado por el dominio claro de Perú hasta el minuto 20, donde parecía estar al caer el gol bicolor, hasta la desafortunada acción de Zambrano que derivó en su expulsión, y en que el partido cambie, para mal.
El sabor de haber podido llegar a la final aun no se va de nuestras bocas. Y seguro, mucho menos en la de Zambrano, que en esta Copa regresó a la selección después de 3 años. La oportunidad de revancha para el y todo el grupo está ahí, ante el rival de siempre, en la misma instancia.
Pero Chile también tiene una cuenta pendiente con Perú. Y no es el mencionado último amistoso, sino la fecha final de las eliminatorias a Rusia 2018, donde ellos aseguran que la blanquirroja pactó un empate con Colombia para dejarlos afuera de la justa mundialista.
Y ya la saldó con los cafeteros, ahora «le toca a Perú», según muchos en el país del sur. Los jugadores tratan de poner paños fríos a lo que dicen en las redes sociales y parte de la prensa, pero en su rostro se nota. Este es un partido especial, no solo por jugarse el pase a la final.
Así las cosas, ambos buscarán llegar al partido del domingo en el Maracaná que les dé la chance de ganar su tercera Copa América (para Chile sería heroica al ser consecutiva). Pero antes deberán pasar por esta semifinal de fuego, donde nadie va a regalar nada donde habrá muchos dientes apretados y donde Perú no es favorito. Pero como siempre, el fútbol puede dar lugar a una sorpresa.